El enredo de la bolsa y la vida

Una nueva entrega del genial Eduardo Mendoza que plantea una nueva aventura para su curioso detective salido de un sanatorio y que se rodea de la más baja alcurnia de los callejones. Una sátira ambientada en Barcelona que incluirá nuevos personajes en un misterio que concluirá con final peculiar y sorprendente.

Después de disfrutar con las dos primeras entregas de la saga, aunque algo menos en la tercera entrega. Esta cuarta novela ha logrado que vuelva a reir a carcajadas y dispone de fragmentos de texto que son en sí mismos joyas para enmarcar. Recomendado para los seguidores y para los que no lo son aún, lean primero El Misterio de la cripta embrujada.

 El anónimo detective protagonista de El misterio de la cripta embrujada, El laberinto de las aceitunas y La aventura del tocador de señoras, al que algunos quisieron llamar Ceferino, regresa a la acción. Corren tiempos de crisis. Contra su voluntad, es decir, movido por la amistad y sin un euro en el bolsillo, el peluquero vuelve a ejercer de insospechado sabueso en la Barcelona de hoy en una carrera contrarreloj por desarticular con espectacularidad televisiva una acción terrorista antes de que intervengan los servicios especiales de seguridad del Estado. Años después de dejar el sanatorio mental donde compartieron celda y quebraderos, Rómulo el Guapo retoma el contacto para proponerle un último y suculento golpe a nuestro protagonista. Su negativa y la misteriosa desaparición de su antiguo amigo serán el punto de arranque de una nueva aventura para resolver un caso de repercusiones internacionales con la inestimable ayuda de un infalible equipo de investigadores: la adolescente Quesito, el timador profesional Pollo Morgan, el africano albino Kiwijuli Kakawa, más conocido como el Juli, la Moski, acordeonista callejera, el repartidor de pizza Manhelik y el señor Armengol, regente del restaurante Se vende perro.

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